La tarjeta de conductor

El conductor. Inicialmente guió a las almas perdidas a través de las Trastiendas con compasión, buscando aliviar sus sufrimientos. Pero con el tiempo, la naturaleza implacable y caótica de Backrooms lo corrompió, desviando su propósito de guiar a los perdidos a perpetuar su tormento. Sin embargo, quedan rastros de su antiguo yo, aferrándose a la posibilidad de resurgir y reclamar la compasión que alguna vez tuvo. Ahora, se erige como un símbolo trágico del poder de los Backrooms para transformar la intención en sufrimiento perpetuo.

La tarea principal de un director de orquesta no es ponerse en evidencia sino desaparecer lo más posible detrás de sus funciones. Somos pilotos, no sirvientes --Franz Liszt